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Vela Olímpica

En los días previos al mundial de Lanzarote, selectivo nacional para los Juegos Olímpicos de París, Pilar Lamadrid se muestra cauta pero ambiciosa de cara a una temporada en la que está llamada a ser protagonista.

Pilar Lamadrid regresaba recientemente a casa en El Puerto de Santa María, aprovechando el último descanso antes de disputar en una semana el Campeonato del Mundo. Lamadrid (Ellas son de aquí / Livinda / Puerto Sherry) mira hacia delante con la ilusión de un año 2024 cuyo verano está marcado en rojo con un claro objetivo: los Juegos Olímpicos.

Un objetivo para el que después de clasificar a nuestro país en la clase iQFoil, la campeona de España todavía tiene que pasar la criba nacional y hacerse con el pasaporte personalizado para seguir los pasos de las también windsurfistas andaluzas Mª Carmen Vaz, Blanca Manchón y Marina Alabau.

Tomando el necesario oxígeno, físico y psíquico, tras el último bloque de entrenamientos que el equipo preolímpico español ha realizado en el campo de regatas mundialista de Lanzarote, donde se iniciará la competición el lunes 29 de enero, la número 2 del ranking mundial de la modalidad que se estrenará en el programa olímpico en París, confía en que todo el trabajo llevado a cabo estos últimos años acabe por darle la razón: “Sé que tarde o temprano tiene que llegar ese resultado que me falta, ese podio que se me resiste en una gran competición”, comenta la regatista del Club Náutico Puerto Sherry.

Su regularidad en el circuito internacional, donde es una habitual en las Medal Series en cada competición, la llevaron en su día a liderar incluso el escalafón World Sailing durante ocho meses, entre junio de 2022 y febrero del pasado año. Cuarta en el Mundial de 2021 y quinta en 2022, el pasado año se quedó a un paso de otra clasificación para luchar por las medallas, siendo duodécima.

Pero no fallaba en los Europeos, con prácticamente la misma flota en acción, siendo quinta, octava y sexta los últimos tres años para ratificar su condición de aspirante a todo. Y es que París 2024, o Marsella para ser más exactos, ya que será en las aguas de la Costa Azul donde se desarrollará la competición olímpica de vela, está a la vuelta de la esquina.

“Tengo claro que lo mejor está por llegar, que todos estos años de sacrificio y trabajo van a tener su recompensa. Pero lo primero es lo primero y antes debo asegurar mi plaza como representante española en iQFoil, para lo que necesito hacer un gran Mundial y confirmar mi puesto en el Trofeo Princesa Sofía de abril”, se sincera Pilar Lamadrid.

“Las sensaciones no pueden ser mejores, ya que en este mismo campo de regatas del Mundial he ganado un par de pruebas del circuito internacional los dos últimos años y el otro día fui tercera en un ensayo premundialista organizado por varios entrenadores”, sentencia Lamadrid.

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